03 noviembre 2006

60 litros

Eso dice la ministra, que nos vamos a tener que apañar con sesenta litros al día por persona. Nunca he sido muy de baños (salvo contadas y con agrado recordadas ocasiones), lo mío es la ecológica ducha, pero me temo que con la de todos los días ya gasto mis 60 litros.
¿Y qué hago entonces? Hombre, de lunes a viernes puedo utilizar el aseo del trabajo, y también puedo pasarme a la cerveza y al vino. Agua también puedo beber en el trabajo. Lo malo es por la noche y los sábados, domingos y fiestas de guardar. Asunto pendiente de solucionar...
Quizá la ministra me regale platos y vasos de papel, y cubiertos de plástico. Así no tendría que fregar y podría usar el lavavajillas de despensa. Y también podría el Ministerio subvencionar las máquinas eléctricas de afeitado, y de ese modo los cavernícolas que aún nos afeitamos con cuchilla dejaríamos de derrochar agua. Con la nómina, nos podrían entregar 30 paquetes de chicles Orbit, y así lavarnos los dientes sólo una vez al día (y en el trabajo).
Lavadoras de siete, nueve o quince kilos de capacidad también serán bienvenidas a nuestras casas (aunque nos tengamos que salir de ellas para que entren). Y en el bidé, paquetes de toallitas. Y en la nevera, bolitas de plástico para enfriar nuestras bebidas.
Pero, quién sabe, igual rectifican, y en lugar de tocar las pelotas a los de siempre, les da por vigilar ese setenta por ciento del consumo total de agua que se va en nuestros regadíos (muchas veces por inundación), en esas nuevas e ilegales hectáreas de regadíos, en ese diez, quince o veinte por ciento de pérdidas en las canalizaciones que se admiten como normales, en tantos y tantos campos de golf en Murcia y Almería, en esos Polaris que anuncia al macho Camacho, tan verdes, en medio de ese semidesierto que es el sureste español.
Aunque lo dudo mucho.
Afortunadamente, este otoño llueve de cojones en Madrid...

8. Las abreviaciones del sistema intenacional de medidas nunca llevan punto: cm, dl, m, km, kg...
Hay quien hace la excepción en ha. (hectárea) por aquello de no confundirlo con el tiempo verbal del verbo haber, pero vamos, también se soluciona no abreviando.