30 junio 2008

Las dudas de Gemm...

... en la anterior entrada (¿mejor que post?) me estaban dando para un comentario muy largo, así que me ha dado por reflexionar acerca de lo que me pregunta.
A ver, me temo que el hecho de que se escriba mal no puede considerarse como un hecho aislado. Va más allá, y creo que afecta a todos los ámbitos laborales.
No, en mi opinión, los taxistas no conducen bien, los camareros son, en general, una calamidad, y los médicos, bueno, para qué hablar: a saber dónde quedó el ojo clínico.
Las amigas de mi hija estudian Magisterio porque la nota de la Selectividad no les dio para más, no porque tengan la vocación necesaria para, entre otras cosas, no caer en depresiones continuas. Y muchos optan por sacar unas oposiciones dejando de lado la posible vocación que pudieran tener.
Muchos jueces lo son por eso, por el puesto, y no porque estén capacitados para impartir justicia. Casi todos los jóvenes quieren ser directores de empresa, y se preparan con ahínco estudiando dos o tres carreras (económicas, administración y dirección de empresas, derecho). Pero nadie se para a pensar si realmente valen para dirigir, si tienen capacidad de liderazgo o no.
Se escribe mal, sí. De lo que se comercializa, casi todo lo traducido está mal escrito, mal traducido. Pocos traductores lo hacen bien, pocos se lo pueden permitir. Si la corrección está mal pagada, qué decir de la traducción. A los traductores, por lo general, no les dan ni tiempo material para hacer su trabajo ni medio bien. Y de eso se valen los malos traductores, que ofreciendo rapidez consiguen que no les falte trabajo. Es lo que hay.
Ya casi no hay aprendices, es una figura en vías de extinción. Los conocimientos que desde siempre han pasado de oficiales a aprendices se están perdiendo entre jubilaciones anticipadas y free-lances.
Y en cuanto a la escritura en sí, pues eso, que hay de todo, pero yo también creo que la cosa va a peor. Los niños dan clase de inglés, de español, de catalán, o euskera, o gallego, y en algunos colegios les atizan también el francés, y los que escogen letras, la propina del latín. ¿Para qué? Ni hablan inglés, ni zorra idea de francés, y los que dominan el catalán o el euskera empiezan a olvidar el castellano (o a no aprenderlo).
LOEs, LODEs, LOGSEs… ¿para qué han servido? Mi hijo le da unas hostias al diccionario que a veces incluso pienso si no lo hará para llamar la atención, porque peor no se puede hacer: vamos, que el tío se empeña en hacerlo así de mal.
Si ya lo decían Golpes Bajos, malos tiempo, sí.
P. D. Yo les recomendaría un blog que conozco donde se escribe muy bien, pero tiene el acceso restringido. Ajo y agua, amigos...

2 comentarios:

Blogger Aprendiza de risas ha dicho...

Mira que me ha entrado una curiosidad por ese blog tan selectivo que para qué...

Para aprender, me refería, ¡claro!

Besos y gracias por lo de la puntualización de los 180 minutos de "furgol"... ¡si es que me lo pasé tan bien...!

;)

12:22 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Lamentablemente estoy de acuerdo contigo; no porque me moleste compartir opinión con un amigo, no, sino porque en este caso lo expuesto en tu entrada es triste.
Será que somos muchos. No, no va a ser eso. Aunque en muchos países la cosa está peor, o sencilamente ni está, hay muchos otros en los que la profesionalidad en todos los campos, es innata. Y aquí el término "chapuzas" vale para todo; para el que traduce, el que corrige, el que edifica, el político, el cantante, el frutero, el médico, el abogado o el fontanero.
Hay que llegar rápido y de cualquier manera al punto deseado; aprender, perfeccionar y sobre todo, la honestidad, es lo de menos.
Porca miseria! ;)
Besos (estoy de vacaciones) :D
Gemm (la del título)

9:59 a. m.  

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